
Primera imagen. Los dirigentes dela Sociedad Rural y el Coninagro reaccionaron positivamente ante la invitación al diálogo de la Presidenta Cristina Kirchner y mostraron buena disposición hacia el levantamiento de la medida que el campo sostiene hace quince días.

La Federación Agraria se muestra más cautelosa y pide mayores precisiones sobre las propuestas que pretende plantearle el gobierno. Mientras tano, aparentemente mantendría el corte de la ruta 14.
Ciertamente no se puede abrir el diálogo mientras no se levante el paro. Tampoco puede trasladarse la Presidenta hacia los distintos puntos del conflicto porque esto no se maneja de este modo en las intituciones democráticas. No tiene nada que ver con simpatías o antipatías.
Mientras ella abría el juego hacia el diálogo, yo observaba simultáneamente en la tv cómo un grupo de hombres de campo hacía gestos negativos con la cabeza, como pendejos encaprichados, y una vez finalizado el mismo, insistían con arengas: "Si hicimo 15 día, vamo a seguir hasta que no nos diga con claridá qué nos va a dar, estamo? Acá se sigue..."
Pobre tipo... Seguramente un pequeño o mediano productor que se bancó 15 días en un piquete mientras los latifundistas oligarcas se relajaban en sus cascos.

La otra imagen: las boludas. ¿Quiénes son? Basta con verlas para darse cuenta: señoras en Olivos, Caballito, Barrio Norte; golpeando cacerolas de teflón que cuestan un huevo mientras lanzaban insultos contra Cristina. ¿Qué reclamaban? Ni ellas lo saben. Tal vez hacían catarsis por no ser lo que ella sí es, por ser unas boludas anónimas que intercambian sus boludeces en peluquerías importantes, y todas salen teñidas de rubio para poder criticar a los negros.

Última imagen: los esposos de las boludas. Lamentable. Uno dejó escapar una idea y expresó su reclamo: "¡Nos tocaron el bolsillo! ¡Nos tocaron el bolsillo!" Mientras golpeaba una de las cacerolitas de su esposa...
¿Y EL CAMPO?
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