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16 de julio de 2008

HABLEMOS DE LA SOJA. La Soja Transgénica IV

Continuación
1.2 Discordancias en la “equivalencia sustancial” de soja convencional y soja tolerante al glifosato.

Un grupo de investigadores liderado por el médico norteamericano Marc Lappé, director del Centro de Ética y Tóxicos con base en California, descubrió diferencias significativas en el contenido de isoflavonas de porotos de soja genéticamente modificados para tolerar la acción del herbicida glifosato. Las isoflavonas (y entre éstas, específicamente por el interés médico que suscitan, genisteína y daidzeína) son los principales ingredientes biológicamente activos de la soja. El trabajo de Lappé constató una disminución del 12% en la concentración de isoflavonas en la soja RR producida por la empresa Monsanto, sugiriendo que ésta podría constituir una fuente de fitoestrógenos clínicamente relevantes menos potente que su precursora convencional. Hasta aquí, nos hallamos ante un contundente incumplimiento del requerimiento de “equivalencia sustancial” en un cultivo transgénico. Pero recientemente, un grupo de investigadores dirigido por el Dr. H. Sandermann que trabaja en Alemania en forma independiente de intereses industriales (Sandermann y Wellmann, 1988, en Biosafety, p. 285-292, ed: German Ministry of Research and Technology) reveló información que sugiere que la soja RR podría tener una elevada concentración de fitoestrógenos. Estos científicos descubrieron que el tratamiento con glifosato de legumbres como la soja (en este caso, habas) incrementa el nivel de fitoestrógenos. Si es confirmado, este estudio provee una perturbante evidencia de que los cultivos transgénicos no sólo son diferentes, sino también que podrían tener un impacto dramático sobre la salud y el bienestar de quienes dependen del aporte protéico de la soja como pilar de su dieta. Recordemos que fue el propio Dr. Lappé quien señaló a la comunidad científica que los estudios aportados por Monsanto para la aprobación de su soja RR fueron realizados sobre porotos no tratados con glifosato. En palabras de este científico, “Es importante que una organización independiente realize estudios sobre la soja genéticamente modificada de Monsanto por motivos más que obvios. En primer lugar, los estudios presentados a la FDA para demostrar su inocuidad fueron conducidos por científicos de Monsanto (ver recuadro “Evaluación de inocuidad de la soja RR de Monsanto”), hecho que, por asociación directa, podría generar un conflicto de intereses. Además, nosotros descubrimos que las comprobaciones de niveles de fitoestrógenos realizadas por éllos se hicieron sobre porotos de soja no rociados con glifosato, que no son los que encontramos típicamente en las góndolas de supermercados”. La respuesta de Monsanto a estos argumentos fue que las determinaciones de isoflavonas se realizaron en porotos rociados y no rociados. Pero si nos tomamos el trabajo de repasar las referencias citadas por esta empresa al aseverarlo, podemos constatar que la fecha del estudio de Taylor y colaboradores sobre porotos rociados con el herbicida es el año 1999, tres años después de aprobada la soja RR y el mismo año de publicación del estudio del Dr. Lappé. (Padgette, S.R., N.B. Taylor, D.L. Nida, M.B. Bailey, J. MacDonald, L.R. Holden, and R.L. Fuchs. 1996b. The Composition of Glyphosate-tolerant Soybean Seeds is Equivalent to Conventional Soybeans. J. Nutrition 126:702-716. Taylor, N. B., Fuchs, R. L., MacDonald, J., Shariff, A. R., Padgette, S. R. Compositional Analysis of Glyphosate-Tolerant Soybeans Treated with Glyphosate, Journal of Agricultural and Food Chemistry; 1999; ASAP Article). Simultaneamente, el trabajo de Lappé y su grupo comenzó a ser cuestionado en las revistas científicas y desacreditado en los medios masivos. A nivel científico, sin embargo, en septiembre de ese mismo año, Nature Biotechnology (http://biotech.nature.com Volume 17, September 1999, 848) publicó un informe favorable respecto de la investigación sobre soja RR conducida por Lappé. Haciendo frente a las críticas de expertos científicos que atribuían los niveles de variación hallados entre las variedades de soja a los límites esperables (300% o más, según expertos en soja) y a factores ambientales (clima durante crecimiento, declive del terreno de cultivo, etc.), Sheldon Hendler, director del Journal of Medicinal Foods y profesor adjunto de clínica médica en la Universidad de California en San Diego, dijo en este artículo que el trabajo de Lappé fue revisado (peer reviewed) y calificado como sensato por otros científicos especialistas en el tema.
Por otro lado, la magnitud de los efectos ejercidos por las isoflavonas de la soja sobre mamíferos y seres humanos es de una importancia tal, que un grupo de científicos se basó en éstos al cuestionar la aprobación de comercialización de la soja transgénica mediante un documento presentado en Canadá ante la ONU, en una reunión científica celebrada en octubre de 1997:
“CONVOCATORIA URGENTE A TODOS LOS GOBIERNOS PARA REVOCAR LA APROBACIÓN DE COMERCIALIZACION DE LA SOJA RR DE MONSANTO”
Nosotros, los científicos abajo firmantes, solicitamos a todos los gobiernos que utilicen cualquier método a su alcance para retirar de circulación en sus mercados los porotos de soja genéticamente modificados RoundUp Ready (RR) producidos por la empresa Monsanto, en razón de considerarlos factor causal de injurias a la salud pública. En el caso de la Unión Europea, urgimos a los gobiernos individuales a invocar el Artículo 26 (Directiva 90/220). Realizamos este llamamiento en base a los siguientes motivos:
1. Existen claras evidencias científicas de que la aplicación de glifosato puede incrementar la concentración de fitoestrógenos en la planta. Esto fue demostrado en habas (Vicia faba) por investigadores alemanes (Sandermann y Wellmann, 1988, en Biosafety, p. 285-292, ed: German Ministry of Research and Technology). La soja pertenece a la misma familia vegetal (leguminosas) que integran las habas.
2. Se sabe que los fitoestrógenos ejercen efectos sobre mamíferos, incluyendo seres humanos.
3. Se condujeron experimentos nutricionales con vacas alimentadas con sojas transgénica y convencional de Monsanto. Se constató una diferencia estadísticamente significativa en la producción diaria de grasa láctea entre los grupos estudiados. Los animales alimentados con soja transgénica RR produjeron más grasa por día que los alimentados con soja convencional. Ambos grupos recibieron la misma ingesta diaria de soja (Hammond et al., Journal of Nutrition, 1996). Concluimos que ésto es indicativo de una diferencia sustancial entre la soja transgénica y no transgénica.
4. La solicitud de Monsanto para aprobar la comercialización no proveyó ninguna información sobre la concentración de fitoestrógenos de porotos de soja RR rociados con glifosato. Todos los datos provistos sobre el nivel de concentración de diferentes componentes en la soja RR provienen de porotos no rociados. Pese a la falta de información sobre porotos rociados, la soja RR fue aprobada. Y desde entonces, la soja RR rociada con glifosato ha ingresado a la cadena alimenticia.
Estamos preocupados porque el incremento en la producción de grasa láctea en vacas alimentadas con soja RR pudiera ser la consecuencia directa de mayores concentraciones de fitoestrógenos en esta soja. La cantidad de niños que dependen de la leche de soja debido a reacciones alérgicas a la leche de vaca es cada vez mayor. Los niños pequeños son especialmente susceptibles a niveles de estrógenos elevados. Por ende, nos hallamos frente a un claro y serio problema sanitario.
Existe una urgente necesidad de investigación científica independiente. En adherencia al principio precautorio, hasta que estas investigaciones sean completadas, el ingreso de la soja RR a la cadena alimenticia humana debería prohibirse.
Dr. Brian Goodwin (Inglaterra), Dr. Mae Wan-Ho (Inglaterra), Dr. Hartmut Meyer (Alemania), Dr. Peter Saunders (Inglaterra), Dr. Vandana Shiva (India), Dr. Ricarda Steinbrecher (Inglaterra), Dr. Beatrix Tappeser (Alemania), Christine von Weizsacker (Alemania).
Montreal, 13 de octubre de 1997. Third Meeting of the Open-ended Ad hoc Working Group on Biosafety of the UN-Convention on Biological Diversity.
Referencias:1) H. Sandermann, E. Wellmann, 1988, Bundesministerium fuer Forschung und Technologie (Hrsg.), Biologische Sicherheit 1, Pages 285-292).
2) H. Sandermann (1994, in: W. van den Daele, A. Puehler, H. Sukopp (Hrsg.), Verfahren zur Technikfolgenabschaetzung des Anbaus von Kulturpflanzen mit gentechnisch erzeugter Herbizidresistenz, Issue 6, Part A.

De esta controversia extraemos como conlusión que, mínimamente, deberían existir declaraciones respecto de los orígenes y contenido de isoflavonas de los productos de soja y se debería promover una mayor investigación independiente para establecer los correspondientes lineamientos respecto de fitoestrógenos en los productos y derivados de sojas transgénica y convencional.
- Padgette, S.R. Taylor, N.B., Nida, D.L., Bailey, M.R., MacDonald, J., Holden, L.R. and Fuchs, R.L. 1996. The composition of glyphosate-tolerant soybean seeds is equivalent to that of conventional soybeans. Journal of Nutrition 126, 702-716.

El contenido de inhibidor de tripsina (un importante antinutriente y alergeno) en la soja RR mostró un aumento significativo, comparado con el de la soja convencional
-(NewScientist, News, November 20, 1999, "Splitting Headache" by Andy Coghlan).

Bill Vencill, de la Universidad de Georgia en Athens, estudió los efectos del calor sobre la soja transgénica en cámaras de crecimiento en laboratorio. Con un suelo a temperaturas de 25°C o menos durante el día, ambas variedades de soja, convencional y transgénica, crecieron a igual ritmo. Pero en suelos más calientes los porotos transgenicos presentaron crecimiento dificultoso; y en suelos alcanzando los 45°C las diferencias se hicieron marcadas –alturas, rindes y pesos menores, y los tallos se resquebrajaron y dividieron en cada planta de soja transgénica. Este fenómeno expone la planta a infecciones fúngicas secundarias e indica cambios en la fisiología de la planta ocasionados por la inserción de transgenes que la tornan tolerante al glifosato –el RoundUp de Monsanto. Se demostró que plantas transgénicas portando estas alteraciones genéticas producen 20% más de lignina, una forma de celulosa que es resistente y leñosa. Según Vencill, la enzima bacteriana que brinda resistencia al glifosato afecta a una de las principales rutas metabólicas en la planta, sobreestimulando la producción de lignina. Este inesperado “efecto colateral” habría sido lo que incidió en que las plantas transgénicas sean más quebradizas.

-Segun una revisión publicada por Charles Benbrook, la experimentación conducida por Monsanto sobre dos variedades de soja transgénica reveló que el contenido de fenilalanina de una de éstas es significativamente menor en comparación con la variedad convencional isogénica. Esta “diferencia sustancial” es especialmente importante, ya que confirma que la alteración de la enzima clave en la ruta del shikimato puede aumentar o disminuir la producción de sustancias correspondientes a etapas metabólicas ulteriores. Además, la menor concentración de fenilalanina explicaría la reducción de sus derivadas directas, las isoflavonas genisteína y daidzeína.
-El año pasado, la revista norteamericana Los Angeles Times publicó un artículo sobre diversos cuestionamientos respecto de la inocuidad de la soja RR suscitados por investigaciones reveladas por la misma empresa productora. Segun propios estudios de Monsanto, la soja RR contiene 29% menos de colina (nutriente cerebral), 27% más de inhibidor de tripsina (potencial alergeno que interffiere con la digestión protéica), menor concentración de fenilalanina (aminoácido esencial que afecta los niveles de fitoestrógenos) y casi el doble de lectinas (principal inductor de alergias por consumo de soja) que su contraparte convencional. Resulta fascinante constatar que la soja genéticamente modificada tiene, en comparación con la soja no modificada, un mayor contenido de sustancias que son problemáticas y una menor concentración de compuestos beneficiosos.

1.3 No existe en las normas vigentes ninguna especificación de pruebas expermentales para establecer la equivalencia sustancial

Hasta ahora, sólo una organización oficial ha reconocido algunas de las limitaciones del concepto de equivalencia sustancial. Un equipo gubernamental danés reconoció que “el análisis composicional...como método de detección de efectos inesperados... de la modificación genética tiene sus limitaciones... particularmente respecto de antinutrientes y toxinas naturales desconocidos”, y sentó un precedente al intentar explorar posibles alternativas (Kuiper, H. A. Y col. Evaluación de Seguridad Alimentaria de Alimentos Modificados Genéticamente como basamento de su Comercialización, Food Safety Evaluation of Genetically Modified Foods as a Basis for Market Introduction. Ministry of Economic Affairs, The Hague, 1998). El equipo danés acepta que las comparaciones entre datos compositivos crudos proveen un filtro muy débil frente a la aparición de nuevos peligros genéticos, bioquímicos, inmunológicos o toxicológicos, y sugirió pruebas de mayor sensibilidad para detectar diferencias en algunas de las variables biológicas relevantes: análisis del ADN, dactiloscopía de ARN mensajero, dactiloscopía protéica, perfilado de metabolitos secundarios y estudios de toxicidad in vitro.
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